FERNANDO-DIAZ, Manejo, Nutricion

Alimentación robotizada en terneras

El potencial de la automatización

Un nuevo informe titulado “Un futuro que funciona: Automatización, empleo y productividad” publicado por “McKinsey & Company” evaluó el potencial de las técnicas de automatización de la economía global. Usando datos del Departamento de Trabajo de EE. UU., los autores (Manyika y col., 2017) estudiaron más de 2000 actividades en más de 800 puestos de trabajo.

Pasar menos tiempo realizando tareas manuales, mejorar la tasa de crecimiento, obtener más información de los terneros, realizar cambios de dietas de forma natural y mejorar las condiciones laborales fueron las principales razones para comprar el sistema automático.

Las actividades con mayor potencial de automatización fueron las actividades físicas predecibles (81 %), el procesado de datos (69 %) y la obtención de datos (64 %). Mientras que pocos puestos podían ser automatizados completamente (<5 %), más del 60 % de estos tenían al menos un 30 % de actividades que se podían automatizar. El potencial de automatización en agricultura fue el tercero en el ranking (58 %). Además, este varió según de la actividad agrícola: manejo (<10 %), actividades físicas impredecibles (40 – 50 %), procesado de datos (70 – 80 %), obtención de datos y actividades físicas predecibles (80 – 90 %).

Sistemas automáticos de suministro de leche

Debido a la baja disponibilidad de mano de obra, los sistemas automáticos de alimentación de leche para terneros se están volviendo muy comunes en granjas lecheras de Norteamérica. Investigadores de Canadá (Medrano-Galarza y col., 2017) compararon las prácticas de manejo alimentario entre granjas lecheras que usaban sistemas de alimentación de leche manual (cubos o botellas) y automáticos.

El estudio incluyó 670 lecherías canadienses (16 % automáticos y 84 % manual) con tamaños entre 17 y 2800 vacas (media: 90 vacas).  Los resultados, publicados en el “Journal of Dairy Science”, mostraron que:

  • Los sustitutos lácteos fueron el principal tipo de leche utilizada en las granjas con amamantadoras automáticas (89 %), pero solo un 40 % de las granjas con sistema manual alimentaban con lacto-remplazantes.
  • El volumen de leche suministrado durante las primeras cuatro semanas de vida fue mayor en granjas automatizadas (media: 231 L versus 182 L).
  • No hubo diferencias entre sistemas en cuanto a la proporción de granjas que permitían a los terneros tener acceso a piensos (97 %), heno (67 %), ración-completa-mezclada (RCM; 8 %) o agua (91 %).
  • Sin embargo, la proporción de granjas que suministraban pienso de arranque, heno, y agua a libre disposición fue superior en los sistemas automáticos (86, 93 y 99 %) que en los manuales (70, 66 y 81 %).
  • Los terneros alimentados de forma automática accedieron al pienso (media: 3.5 vs. 7 días), heno (7 vs. 15 días), RCM (15 vs. 47 días) y agua (1 vs 7 días) antes que los alimentados manualmente.
  • Los terneros fueron destetados antes (media: 7 vs. 8 semanas) y más gradualmente (13 vs. 7 días) con las amamantadoras automáticas.

Motivación para la implementación

Cuando los productores lecheros fueron preguntados sobre las principales razones para adoptar sistemas automáticos, los cuatro factores más importantes fueron:

  • recriar mejores terneras,
  • posibilidad de ofrecer más leche,
  • reducir la mano de obra y
  • mejorar las condiciones laborales.

Respuestas semejantes fueron reportadas por ganaderos lecheros del Medio Oeste de EE. UU. que usaban amamantadoras automáticas (Endres, 2016). Pasar menos tiempo realizando tareas manuales, mejorar la tasa de crecimiento, obtener más información de los terneros, realizar cambios de dietas de forma natural y mejorar las condiciones laborales fueron las principales razones para comprar el sistema automático. Cabe mencionar que disminuir el coste en la crianza de la ternera no fue considerado una prioridad en ninguna de las dos encuestas. 

Evaluación económica

Usando el modelo computacional “Intuitive Cost of Production Analysis”, especialistas lecheros del grupo de Extensión de la Universidad de Wisconsin evaluaron el coste de recriar terneras lecheras en 26 granjas de leche (24 de Wisconsin y 2 Minnesota) usando sistemas de alimentación individual manual (11 granjas) o alimentación en grupo con sistemas automáticos (15).

En este trabajo, desde el nacimiento al destete, las terneras alimentadas de forma automática recibieron de media 24 kg menos de lacto-reemplazante (59 vs. 35 kg) o 29 kg menos de leche líquida (408 vs. 379 kg) que los terneros alimentados de forma manual. Aunque los costes de manejo y de mano de obra fueron menores en los sistemas automáticos (103.74 vs. 172.45 $/ternero), el coste medio total de recría fue menor en los sistemas manuales (363.7 vs. 401.7 $/ternero). El mayor aporte de líquidos junto con mayores costes de alojamiento y equipamiento fueron los principales factores que elevaron el coste de recriar usando las amamantadoras.