Las decisiones que tomemos hoy, condicionarán la calidad y cantidad de la producción del rebaño en el futuro. Tener que adaptarse a una época de crisis no es fácil, pero la forma de tomar estas decisiones puede ayudarnos a sobrevivir con mayor éxito.
La velocidad y globalización de los cambios actuales en el mercado de la leche exigen productores, técnicos y empresas flexibles, con conocimiento de las herramientas disponibles, que mediante la innovación y la creatividad diseñen su mejor estrategia para mantenerse competitivos y salir adelante a pesar de los vaivenes y ciclos.
En este nuevo post, Ernesto Reyes vuelve a examinar el tamaño de las granjas lecheras a nivel mundial, analizando las ventajas y desventajas según el tipo de explotación. Ya que, como comentó en su anterior entrada (¿Qué pasa con el tamaño de las granjas lecheras a nivel mundial?), el tamaño de una granja es un factor determinante que condicionará su presente y futuro como empresa.
¿Es posible aumentar la producción de alimentos y lograr la viabilidad económica, y a la vez cuidar el medio ambiente y conservar el acceso a los recursos para las próximas generaciones? Sin duda, debemos producir más eficientemente y “hacer más con menos”, pero además debemos tener en cuenta la eficiencia medioambiental a lo largo de toda la cadena de valor. El sector ganadero, y por ende el sector lechero, no es ajeno a estos conceptos, y está llamado a ser una de las puntas de lanza para contribuir a la reducción del impacto medio ambiental.
¿Cuál es el tamaño óptimo de una granja? ¿Existe un tamaño mínimo que garantice la viabilidad económica a corto y largo plazo? ¿Cuál es la tendencia del tamaño de las granjas a nivel mundial? ¿Es un proceso irreversible? Ernesto Reyes intenta dar respuesta a todas estas preguntas a continuación.
