Genética, José Daniel Martínez
Buscando nuestro índice de selección (I)
Una vez que ya hemos decidido genotipar nuestras novillas, casi al mismo tiempo tenemos que decidir la base genética en la que hacerlo: la de nuestro país de origen, o bien la de otro país de nuestro entorno que entendamos que su esquema de selección se asemeja más a nuestras prioridades de cría, que sea el origen de nuestra genética por generaciones, etc. Todos los sistemas tienen en común que ofrecen una información muy extensa - a veces demasiado - al incluir el resultado de numerosos índices simples para muchos caracteres de producción, de conformación y de salud; además de una serie importante de índices compuestos que combinan, mediante fórmulas ponderadas, los diferentes índices genéticos de caracteres individuales permitiendo ordenar los animales en diferentes rankings, que lógicamente nos los colocan en diferente orden.
Objetivo de selección
El primer paso para escoger un índice es definir bien nuestro objetivo. No podremos llegar al destino si no sabemos a dónde vamos. Definir la meta y conocer bien el origen es nuestro primer reto en este verdadero viaje.
El primer ejercicio al que nos enfrentamos, y el más importante de todos, es definir nuestros objetivos de selección. Un buen enfoque sería definir la vaca promedio que nos gustaría ordeñar dentro de 3 años en nuestra explotación, y a la vez definir cómo va a ser la leche a vender, en función de la información sobre la demanda prevista. Aquí me refiero al posible pago por calidades, a la orientación de nuestra producción para productos transformados, o incluso a la inclusión en producciones especiales. La gestión prevista del rebaño a todos los niveles es muy importante, la posible introducción del robot de ordeño, o de un 3º ordeño, de pastoreo, etc. Si no sabemos lo que vamos a hacer en un horizonte de 5 a 10 años, la definición del objetivo y, en consecuencia, la selección del índice, se complica y pierde eficacia. Es aceptado que ningún viento es favorable para el marinero que no sabe a dónde se dirige. Por eso es tan importante trazar nuestro camino.
Auditoría genética
Paralelamente debemos contar con una auditoría genética (será objeto de próximas publicaciones en el blog) para evaluar cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, desde el punto de vista genético, con respecto al objetivo que vamos definiendo. Tenemos que hacer un estudio técnico con detalle para diferenciar, en lo posible, deficiencias en la selección genética anterior de deficiencias que lo son de manejo. Por ejemplo, que una explotación tenga un problema severo de incidencia de mamitis o que sus datos de calidad de leche sean malos, no significa directamente que debamos priorizar los índices de salud de ubre en nuestro esquema de selección. Deberemos hacerlo si el nivel genético para este importante carácter es especialmente bajo por haber utilizado toros malos para este carácter recurrentemente.
Combinando las dos informaciones, objetivo y características actuales, fortalezas y debilidades, debemos enfrentarlas a los índices combinados existentes y estudiar cuál de ellos, y en qué grado, se adapta mejor a nuestras necesidades. Dada la cantidad de índices disponible y la complejidad de su estudio, dedicaremos el siguiente post en el blog a definir las características de los más importantes.