Fernando Díaz, Manejo, Nutrición
¿Con cuánta leche debemos alimentar a nuestras terneras?
La fase pre-destete es la más importante de todo el ciclo de recría de terneras. Un programa alimentario para la fase lactante, compuesto principalmente por leche o lactoreemplazante y pienso de arranque, debe cubrir las necesidades energéticas y proteicas de las terneras al mismo tiempo que promover el desarrollo del rumen para que este sea funcional después del destete.
El gráfico 1 muestra la cantidad de leche o lactoreemplazantes suministrada a terneras en los EE. UU. Estos resultados proceden de una encuesta realizada por el Sistema Nacional de Monitores de Salud Animal del Ministerio de Agricultura de los EE. UU (NAHMS - USDA) sobre prácticas de manejo de ganado lechero, publicado en 2016. Este trabajo se llevó a cabo en 17 de los estados con mayor producción de leche del país, representando 76.7 % de las granjas lecheras y un 80.3 % de las vacas lecheras de Estados Unidos.
Gráfico 1. Suministro de leche o lactoreemplazante a terneras en EE. UU.
Como se puede observar en el gráfico, más de la mitad de las granjas (56.5 %) estaban alimentando a sus terneras con 5 litros de leche o menos. Además, los autores encontraron diferencias en el manejo según el tamaño de las granjas. Una menor proporción (35 %) de granjas grandes de más de 500 vacas estaban alimentando con esta cantidad baja de leche a sus terneras, que granjas medianas con 100 – 500 vacas (54 %) y granjas pequeñas con menos de 100 vacas (55 %).
¿Es suficiente con 4 o 5 litros de leche o latoreemplazante?
Un mejor plano nutritivo antes del destete mejora el desarrollo de la glándula mamaria y aumenta la producción lechera después del parto.
Está demostrado que suministrar 4 – 5 L de leche o lactoreemplazante no es suficiente para garantizar un adecuado crecimiento de los animales e, incluso, en algunas ocasiones cuando las temperaturas ambientales son bajas, ni siquiera para cubrir las necesidades de mantenimiento. Este plano nutritivo bajo puede disminuir la inmunidad de las terneras haciéndolas más susceptibles a contraer infecciones e incluso ocasionar la muerte por inanición.
Además, un mejor plano nutritivo antes del destete mejora el desarrollo de la glándula mamaria y aumenta la producción lechera después del parto. En una evaluación de datos productivos de 2880 terneras Holstein procedentes de 37 estudios de investigación llevados a cabo en la Universidad de Minnesota, los investigadores (Chester-Jones y col., 2017) encontraron que la ganancia media diaria (GMD) a las 8 semanas mejoró significativamente la producción lechera en la primera lactancia: por cada kg de GMD a las 8 semanas, la producción de leche aumentó en 579 kg.
Pero… ¿y si nos pasamos?
Por otro lado, un suministro excesivo de leche, además de no ser económicamente rentable, provoca una disminución en el consumo de pienso de arranque y, por consiguiente, la falta de desarrollo del rumen. Según la encuesta discutida anteriormente, más del 20 % de las granjas lecheras de EE. UU ofrecían cantidades muy altas de leche (8 litros o más) a sus terneras. Un estudio publicado recientemente en el “Journal of Dairy Science” evaluó los efectos de alimentar cantidades moderadas o elevadas de lactoreemplazante sobre el crecimiento de terneros Holstein durante las primeras 16 semanas de edad.
Durante 6 semanas, los investigadores (Hu y col., 2019) alimentaron a los terneros de 3 – 4 días de vida con dos niveles de lactoreemplazante (690 o 1000 g/día) dividido en dos tomas diarias, y pienso de arranque texturizado a libre disposición. La GMD de los terneros durante las primeras 8 semanas fue similar entre los dos programas alimentarios (0.63 kg/día). Como era de esperar, los terneros que recibieron más lactoreemplazante consumieron menos pienso de arranque (35 % menos).
Además, los autores evaluaron la digestibilidad de los nutrientes en los dos grupos de terneros a los 51 – 55 días de empezar el experimento. La digestibilidad de la materia seca (76.5 vs. 70.3 %), la fibra (37.2 vs. 22.7 %) y la proteína (28.8 vs. 72.6 %) fue significativamente superior en los terneros alimentados con menor cantidad de lactoreemplazante. Ya que habían consumido más cantidad de pienso durante la fase de lactancia, después del destete estos terneros eran capaces de digerir los nutrientes de la dieta con mayor facilidad que los terneros que recibieron altas dosis de lactoreemplazante.
A las 8 semanas, los terneros fueron agrupados en lotes de cuatro y alimentados con el mismo pienso de arranque mezclado con 5 % de heno hasta que tuvieron 16 semanas de edad. Durante esta fase, los terneros alimentados con menos leche en la fase lactante consumieron un poco menos de pienso (2.92 kg/día) que los animales que recibieron más leche (3.12 kg/día). Sin embargo, la GMD durante este periodo fue un 9 % superior en los terneros alimentados con menos leche (0.99 vs. 0.92 kg/día). Estos terneros crecieron más y fueron más eficientes porque tenían el rumen más desarrollado.
Conclusión
En un programa de alimentación de terneras, el consumo de concentrados es tan importante como el consumo de leche. Suministrar cantidades excesivas de leche o lactoreemplazante limita el desarrollo del rumen y puede afectar el crecimiento de las terneras después del destete. Por el contrario, cantidades mínimas de leche (4 – 5 L) no son suficiente para cubrir los requerimientos energéticos de estos animales. Un programa de recría que combine el suministro moderado de leche (6 – 7 litros/día) o lactoreemplazante (650 – 700 g/día) junto con un pienso de arranque texturizado de buena calidad garantiza un adecuado crecimiento de las terneras antes y después del destete.