Georgina Maynou, Manejo, Nutrición
Pasteurización de la leche de descarte
La pasteurización permite reducir la carga bacteriana de la leche sin verse muy alterado su contenido nutritivo (Tabla 2) (Jorgensen et al., 2005). De hecho, Jamaluddin et al. (1996) reportaron una mayor ganancia de peso en terneros lactantes alimentados con leche de descarte pasteurizada que en aquellos alimentados con leche de descarte sin pasteurizar, así como una menor tasa de mortalidad e incidencia de diarreas y neumonías.
Por otro lado, la alimentación con leche de descarte pasteurizada versus no pasteurizada ha mostrado beneficios sobre la microbiota del tracto gastrointestinal de terneros lactantes, la cual es crucial para el desarrollo del rumen y el sistema inmunitario durante las primeras semanas de vida del ternero (Deng et al., 2016).
No obstante, es importante tener en cuenta que la pasteurización no garantiza la eliminación completa de bacterias potencialmente patógenas. Mantener unas condiciones de higiene correctas del material de ordeño, así como unas adecuadas prácticas de recogida, almacenamiento y transporte de la leche será también necesario para garantizar un alimento de buena calidad microbiológica para los animales.
Tabla 1. Composición de nutrientes de la leche de descarte antes y después de la pasteurización. ( 1 Calculado (NRC, 2001) 2 Energía metabolizable)
Nutrientes | Leche de descarte | Leche de descarte pasteurizada |
Proteína, % MS | 28.3 | 28.1 |
Grasa, % MS | 35.4 | 31.2 |
Lactosa, % MS | 34.0 | 35.3 |
Energia1 | ||
EM2, Mcal/kg | 5.79 | 5.45 |
Como ya se ha comentado con anterioridad, la leche de descarte puede contener también residuos de antibióticos. Aunque estos pueden ser muy bajos y variables dependiendo del número de vacas tratadas en la explotación y del número de vacas en el ordeño, la selección de bacterias resistentes se ha observado a concentraciones muy bajas de antibióticos.
En un estudio reciente realizado en 8 explotaciones lecheras (Maynou et al., 2016), terneras lactantes alimentadas con leche de descarte mostraron mayores porcentajes de Escherichia coli fecales y Pasteurella multocida nasales resistentes a antibióticos comúnmente utilizados para el tratamiento de enfermedades en vacas lecheras, que en aquellas alimentadas con lacto-reemplazantes (Maynou et al., 2017a).
Más tarde, Maynou et al. (2017b) evaluaron los efectos de la alimentación con leche de descarte pasteurizada con residuos de antibióticos beta-lactámicos versus un lacto-reemplazante sin antibióticos, sobre los patrones de resistencia en E. coli fecales de terneras, antes y después del destete. Los resultados obtenidos indicaron un incremento en las prevalencias de E. coli resistente a distintos beta-lactámicos (cefalosporinas o no) durante el periodo de lactancia que disminuyó a los 56 días de estudio una vez las terneras fueron destetadas (Figura 2).
Figura 2. Efectos de la alimentación de terneras con lacto-reemplazante o leche de descarte pasteurizada sobre la prevalencia de Escherichia coli fecales resistente a beta-lactámicos antes y después del destete.
Conclusiones
La pasteurización puede constituir un método eficiente para reducir los inconvenientes asociados a la leche de descarte. Sin embargo, un adecuado manejo de la leche de descarte y unas buenas condiciones higiénicas en la explotación contribuirán también a reducir el riesgo de transmisión de enfermedades.