Manejo, Nutrición, Sergio Calsamiglia

Efectos de un mayor aporte de nutrientes en las primeras etapas de vida

La recomendación de limitar el consumo de leche a 4 litros diarios se debía a dos cuestiones:

  1. las primeras leches artificiales provocaban diarreas en consumos mayores y
  2. se pretendía estimular el consumo de concentrado para permitir el desarrollo rápido del tracto digestivo y el destete temprano.

Sin embargo, en condiciones naturales, los terneros maman de 8 a 10 veces diarias y consumen un total de 8-10 litros de leche, con un consumo muy superior a lo recomendado en programas de lactancia artificial. Además, el contenido en nutrientes de la leche es superior al de los lactorremplazantes (Tabla 1), lo que evidencia que en la práctica tradicional se produce una subalimentación sistemática durante al menos las primeras tres semanas, cuando el ternero no tiene la capacidad de ingerir y digerir la cantidad suficiente de concentrado. En la actualidad ha quedado demostrado que esta situación de subalimentación en las primeras etapas de la vida repercute negativamente en el desarrollo y productividad futura del animal.

Para resolver este conflicto existen varias alternativas:

  • incrementar la dosis diaria total,
  • el uso de leche (con más nutrientes),
  • y/o el uso lactorremplazantes con una mayor concentración de nutrientes.

El uso de leche entera tiene la ventaja de aportar más nutrientes y además, aporta moléculas bioactivas que favorecen el desarrollo y crecimiento de las terneras, pero tiene el riesgo de transferir patologías (paratuberculosis, por ejemplo, en cuyo caso debe utilizarse leche de animales confirmados por analítica libres de la enfermedad) o, simplemente, afectar a la eficiencia de utilización de nutrientes debido a la carga microbiana. En estos casos debería considerarse la pasteurización, debiéndose imputar los costes del proceso (equipo y mano de obra) a la decisión final.

 

Tabla 1. Contenido en nutrientes de leche entera o lactorremplazante.

Leche entera

Lactorremplazante

Sólidos totales %

12.7

11.4

Proteína %

27

19

Grasa %

30

20

 

 

Alternativamente, el uso de lactorremplazantes debe considerar la concentración de nutrientes, que debe ser más cercana a la de la leche, principalmente respecto al contenido proteico.

El aumento en el consumo de leche puede realizarse de cuatro formas distintas:

  1. Aumentando la concentración de sólidos (del 12,5 hasta el 16%);
  2. Utilizando leche entera o una mezcla de leche entera y lactorremplazante;
  3. Aumentando la frecuencia de 2 a 3/4 tomas diarias;
  4. Aumentando la cantidad de leche por toma (de 2 a 3 litros);
  5. Combinando varias de estas alternativas.

Estos principios básicos justifican el desarrollo de los programas de crecimiento acelerado, que no hacen otra cosa que equilibrar los aportes de nutrientes a las necesidades reales del animal.

Crecimientos acelerados en las primeras etapas de vida

 

Existen mecanismos de programación metabólica durante las primeras semanas de vida (imprinting) que tienen un impacto durante el resto de la vida productiva del animal.

 

Siguiendo esta observación, algunos estudios han demostrado que el consumo equivalente a estos 8 litros de leche (un 20% de su peso corporal) bien en forma de más litros o de leche más concentrada, resulta en crecimientos de 0.9-1.1 kg/d (Quigley y col., 2006; Terre y col., 2006). Este mayor crecimiento en las primeras etapas de la vida es biológico y económicamente más eficiente (Kertz y col., 1998). Además, un mayor crecimiento en la etapa de lactancia mejora el rendimiento lechero en la primera lactación, que se ha cuantificado en alrededor de 225 L/lactación por cada 0.1 kg de aumento en la ganancia media de peso diaria (Bach, 2011; Van Amburgh y col., 2011; Drackley y col., 2010; Soberon y col., 2012; Tabla 3).

Estos datos demuestran que existen mecanismos de programación metabólica durante las primeras semanas de vida (imprinting) que tienen un impacto durante el resto de la vida productiva del animal (Baumrucker y Blum, 1993; Blum y Hammon, 2000; Rauprich y col., 2000). No está claro, y es difícil diseccionar, si estos efectos son derivados de factores nutricionales o de la presencia de moléculas bioactivas.

Pero el crecimiento acelerado también genera algunos problemas como el exceso de energía, la aparición de una resistencia a la insulina y una mayor dificultad al destete. En estos casos, la reducción del contenido de grasa (15-18%) con un incremento paralelo de proteína (24-28%) es recomendable. Por último, el mayor aporte energético en el programa de crecimiento acelerado reduce el consumo de pienso de iniciación, haciendo el destete más conflictivo. Drackley y col. (2005) recomendaron que en programas de crecimiento acelerado durante la lactancia, el destete debiera retrasarse o hacerse de forma progresiva con un predestete previo (consumo de la mitad de leche en una toma) hasta que el consumo de concentrado alcance 1,5-2 kg MS/d.

 

Es posible que un programa de 6 L/d en dos tomas al 12,5% de materia seca con 16-18% grasa y 24-27% proteína sea un compromiso que permita alcanzar buenos crecimientos y limitar los riesgos. El destete podría realizarse en dos etapas, un predestete a las 8 semanas con un consumo de 1,0 kg/d de concentrado y el destete completo a las 9 semanas con un consumo de concentrado cercano a 1,5-2,0 kg/d. Es incuestionable que el mayor aporte de nutrientes en esta etapa temprana de la vida permite un crecimiento más eficiente, reduce la morbilidad y mortalidad, reduce la edad a la pubertad y al primer parto, y aumenta la producción y la vida útil del animal (Bach, 2011; Hendrichs y Heindrichs, 2011).