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La ganadería de precisión avanza en el vacuno de leche

La ganadería de precisión en vacas lecheras es un área en crecimiento. Su objetivo no es otro que ayudar a los ganaderos y al personal de las explotaciones mediante un seguimiento constante del ganado vacuno.

Pero ¿qué es exactamente la ganadería de precisión o “precision livestock farming”?

Se trata del uso de tecnologías avanzadas para optimizar la contribución de cada animal. A través de este enfoque “por animal”, el ganadero aspira a obtener mejores resultados en la explotación.  Básicamente consiste en emplear tecnologías de monitorización que utilizan datos generados por los animales para mejorar la asignación de recursos para dicho animal, optimizando la atención y la salud.

Los datos recogidos por estos dispositivos se utilizan para desarrollar algoritmos para predicciones de salud y del estado reproductivo, entre otros, lo que permite crear alertas que nos avisan cuando algo no está funcionando correctamente.

En vacas lecheras, tres son las principales utilidades de este tipo de dispositivos:

  • Detección del celo e identificación del momento óptimo de inseminación
  • Detección del momento del parto y el riesgo de partos distócicos
  • Detección de enfermedades

La detección del celo, cada vez más difícil

Una vaca en celo es más activa. El dispositivo detecta esta actividad y genera una alerta para advertirnos de que la vaca está en celo.

El celo de las vacas más productivas ha pasado de durar 14 horas a unas escasas 6 o 4 horas. Si a esto le sumamos que las vacas suelen mostrar el celo a primera y última hora del día, cuando estamos llevando a cabo otro tipo de tareas, y que nuestras granjas cada vez son más grandes, el resultado es que en la actualidad la detección visual del celo en vacas lecheras no es nada sencilla. Es más, muchos de los problemas reproductivos se deben a la pérdida de capacidad de identificar los celos, y no a una menor fertilidad.

Es aquí donde los dispositivos de monitorización, en tiempo real, pueden contribuir favorablemente y ayudarnos a determinar la ventana óptima para inseminar al animal. Una vaca en celo es más activa, permanece más tiempo de pie o andando y menos tiempo tumbada. El dispositivo detecta esta actividad y genera una alerta para advertirnos de que la vaca está en celo.

Predecir la enfermedad mediante la rumia

Otra de las grandes utilidades de los dispositivos es la predicción de la enfermedad, ¡antes incluso de que se muestren síntomas! 

Los beneficios de una detección temprana de la enfermedad son evidentes:

  • un tratamiento temprano,
  • mejora en la eficiencia del tratamiento,
  • una disminución del uso de antibióticos,
  • una reducción de costes derivados de las pérdidas de producción y del menor uso de medicamentos,
  • y, por supuesto, la mejora del bienestar animal.

El seguimiento de la salud del animal se lleva a cabo mediante la monitorización de la rumia, dado que cuando un animal está enfermo se comporta de una manera distinta. Pero ojo, cada animal tiene un patrón de rumia diferente, de manera que, umbrales de rumia que en unos animales son fisiológicos, en otros pueden indicar enfermedad.

Cada animal tiene un patrón de rumia diferente, de manera que, umbrales de rumia que en unos animales son fisiológicos, en otros pueden indicar enfermedad.

Desde la estructura física del alimento, el estado sanitario del animal, si está expuesto a situaciones de estrés, así como su edad y si se encuentra en celo en ese momento o no, influyen en el tiempo de rumia. Además, existen diferentes razas lecheras, distintas condiciones de estabulación y gestión, y, por supuesto, no hay una vaca igual a otra. Todas estas razones, algunas de ellas de perogrullo, muestran por qué es clave que los dispositivos de monitorización empleen lo que denominamos “inteligencia artificial”.

Gracias a esta, el dispositivo aprende de cada animal y se adapta a su pauta específica de comportamiento y rumia. Así, un dispositivo con inteligencia artificial tendrá en cuenta todos estos aspectos individuales para aumentar su precisión y exactitud a la hora de detectar tempranamente la enfermedad.

Menores costes y pérdidas de productividad = mayor rentabilidad

Como hemos comentado anteriormente, los dispositivos de monitorización más avanzados también aumentarán la rentabilidad de nuestras explotaciones. Gracias a la mejora de la detección del celo y a la detección temprana de las enfermedades podemos llegar ahorrar una media 50 euros por vaca al año. Así lo indicó el experto Sergio Calsamiglia, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, durante su intervención en la Jornada de Ganadería de Precisión celebrada en Gerona el pasado 30 de mayo.