Eial Izak, Manejo, Reproducción
Impacto de la hipocalcemia subclínica en fertilidad y mamitis
Hipocalcemia subclínica y fertilidad
La hipocalcemia subclínica (HSC), afecta a casi el 50% de las vacas, en su transición a la lactancia (Reinhardt et al., 2011). La misma ha sido asociada al desarrollo de metritis, desplazamiento de abomaso y reducción de la producción de leche (Chapinal et al., 2012; Neves et al., 2018b). Trabajos recientes sugieren que existe una fuerte asociación entre la reducción en el calcio sanguíneo (Ca) a los 3-4 días en leche (DEL) y la disminución de la producción de leche e ingesta de materia seca (IMS), incrementando el riesgo de eventos adversos de salud, comparado con las vacas que solo experimentan una reducción transitoria de Ca sanguíneo después del parto (Venjakob et al., 2018; McArt and Neves, 2020; Seely et al., 2021). Las vacas multíparas con un nivel de Ca ≤2,2 mmol/L a los 4 DEL, tuvieron casi el doble de probabilidad de experimentar un evento adverso de salud durante los primeros 60 DEL y consumieron 3 kg/d menos de IMS, comparadas con las vacas que tuvieron un nivel de Ca >2,2 mmol/L a los 4 DEL (McArt and Neves, 2020; Seely et al., 2021). En cuanto al impacto en la reproducción, no hay consenso entre los estudios. Sin embargo, la HSC fue diagnosticada dentro de las primeras 24 h postparto y no consideraron el impacto del retraso o prolongación en las reducciones del Ca sanguíneo en los parámetros reproductivos. Seely et al. de la Universidad de Cornell, EE.UU., publicaron el año pasado un trabajo sobre el impacto de la HSC (Ca ≤2,2 mmol/L), diagnosticada a los 4 DEL en la reproducción.
Estudio sobre hipocalcemia y fertilidad
Se incluyeron 697 vacas de 4 granjas del estado de Nueva York, que no recibieron suplementación de Ca durante los primeros 5 DEL. Se evaluaron 515 vacas con normocalcemia (NC) y 182 vacas con HSC. Las vacas con HSC, tuvieron un 25% y 18% menos de probabilidad de preñarse al primer servicio y a los 150 DEL respectivamente, comparadas con las vacas con NC. Durante los primeros 14 DEL, la incidencia de metritis fue del 3,11% en las vacas con NC, siendo casi 5 veces mayor en las vacas con HSC (14,84%). El promedio de días abiertos fue de 103 y 119 días, para las vacas con NC e HCS, respectivamente. La reducción en la preñez a primer servicio ocurre por el incremento en el tiempo de involución uterina y del retorno a la ciclicidad. Reducciones en el Ca sanguíneo, han sido asociadas con una menor actividad ovárica y alteración de la función de los neutrófilos. El Ca es necesario para la contracción del músculo liso, cuya función es necesaria para expulsar el contenido uterino durante y después del parto. Las vacas con HSC, casi quintuplicaron la incidencia de metritis, existiendo una asociación negativa entre la misma y el éxito reproductivo. Las vacas con HSC disminuyen la IMS, pudiendo generar un déficit energético. Ello limita la disponibilidad de energía para las células de defensa, incrementando la disfunción inmune y la susceptibilidad a enfermedades adicionales.
Hipocalcemia subclínica y mamitis
El canal del pezón es una estructura anatómica que permite a la leche fluir y se cierra en el postordeño, para prevenir el ingreso de bacterias patógenas a la ubre. El retraso en el cierre del canal del pezón, incrementa el riesgo de desarrollar nuevas infecciones intramamarias (IIM) en vacas secas (Dingwell et al., 2003, Martin, 2020), lactantes (Neijenhuis et al., 2001; Strapák et al., 2017) y novillas (Krömker and Friedrich, 2009). Después del ordeño, el canal del pezón se cierra por la contracción de los músculos alrededor del esfínter del pezón. Muchos estudios han reportado que la HSC, ocurre en casi la mitad de las vacas (Jawor et al., 2012; Neves et al., 2018; Da Silva et al., 2019). La HSC altera las respuestas fisiológicas y metabólicas, que regulan el bienestar y productividad de las vacas en transición (Rodrigues et al., 2020). El Ca es un mineral crucial, para la actividad contráctil del esfínter del pezón (Paulrud, 2005; Mahjoubi et al., 2017) y la formación de la queratina del canal del pezón (Smolenski et al., 2015; Zhong et al., 2018). Estudios han demostrado que el canal del pezón retorna a su estado original 1 a 2 hs. postordeño, por la contracción de la musculatura lisa que circunda al canal del pezón. Los niveles de Ca sanguíneo impactan significativamente en la contracción de la musculatura lisa y el cierre del canal del pezón postordeño. Dogan et al., publicaron el año pasado un trabajo sobre el cierre del canal del pezón postordeño en vacas con NC e HSC.
Estudio sobre hipocalcemia y mamitis
Se incluyeron 25 vacas con NC y 25 vacas con HSC. Los animales eran de primera y segunda lactación y sin enfermedades de la ubre postparto. Se evaluaron 100 pezones sanos de vacas con NC y 100 pezones sanos de vacas con HSC. Se determinó por ultrasonografía el largo y ancho del canal pezón en el preordeño y a los 15 y 30 minutos postordeño. El volumen del canal del pezón derivó de las 2 mediciones arriba mencionadas. El largo del canal del pezón en las vacas con NC e HSC, se incrementó en un 41% a los 15 minutos post-ordeño, comparado con el preordeño. A los 30 minutos postordeño, el largo del canal del pezón en las vacas con NC e HSC, se redujo en un 21% y 9%, respectivamente. El ancho del canal del pezón en las vacas con NC e HSC, se incrementó en un 47% y 51% a los 15 minutos postordeño, comparado con el preordeño. A los 30 minutos postordeño, el ancho del canal del pezón en las vacas con NC e HSC, se redujo en un 23% y 11%, respectivamente. A los 30 minutos postordeño, el volumen del canal del pezón en las vacas con NC e HSC, se redujo en un 53% y 29%, respectivamente. En todos los casos la recuperación del canal del pezón fue significativamente menor a los 30 minutos postordeño en las vacas con HSC.
Conclusiones
Las vacas con HSC a los 4 DEL, tuvieron una menor probabilidad de preñez a primer servicio y a los 150 DEL. La asociación negativa entre HSC a los 4 DEL y el éxito reproductivo demuestran que las reducciones en el Ca sanguíneo, persisten más allá del postparto inmediato. Las vacas con HSC tuvieron un cierre significativamente menor del canal del pezón a los 30 minutos postordeño. El trabajo concluye, que el nivel de calcio sanguíneo impacta en el cierre del canal del pezón y el mismo debe considerarse dentro de un Programa de Control de Mamitis.
Resumiendo, la hipocalcemia subclínica es muy prevalente en las vacas lecheras: afecta a casi el 50% de las mismas y causa grandes daños. Se debe tener en cuenta que la prevalencia en novillas es del 25% (Reinhardt et al., 2011) y debido a ello, también debe contemplarse esta categoría. Además, el costo de la hipocalcemia subclínica es 4 veces superior a la hipocalcemia clínica (Oetzel, 2011). La hipocalcemia, impacta en la salud de la vaca fresca y la producción de leche. Se deben contemplar los niveles de calcio en las vacas durante el período de transición, para reducir la incidencia de enfermedades como hipocalcemia clínica y subclínica y los trastornos metabólicos asociados al parto. Ello impactará en un incremento en la producción de leche, mejora de la función reproductiva y reducción de los descartes.