Impacto de la leche de descarte en las futuras novillas
El uso de antimicrobianos y posterior desarrollo de resistencias frente a bacterias comensales y patógenas, es un problema de salud mundial que afecta tanto a la medicina humana como a la veterinaria, así como a las personas, los animales y al medio ambiente.
En el caso de las granjas lecheras, la mamitis es la enfermedad que más antibióticos consume, generándose además leche de descarte con cada tratamiento. La alimentación de terneras con esta leche de descarte, con alto contenido en antibióticos, es causa de preocupación debido al potencial riesgo de desarrollo de resistencias antimicrobianas.
Ante este escenario, en 2017 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó una “Opinión Científica” señalando los posibles riesgos que plantea esta práctica. Como parte de este informe, la Comisión Europea envió un cuestionario a todos los representantes de los estados miembros de la Unión Europea (UE) con el objetivo de conocer el marco legal establecido al efecto para su regulación. Casi todas las naciones de la UE (27 de 28) señalaron que no tenían una legislación específica. Solamente Austria notificó que el suministro de leche de descarte estaba restringido por ley y limitado exclusivamente a la leche de la propia madre.
Como conclusión, la EFSA estimó que aproximadamente el 1% de la leche producida en la UE puede clasificarse como leche de descarte y es comúnmente suministrada a las terneras. Firth et al. (2021) publicaron una revisión del tema a través de 19 trabajos entre 2016 a 2020.
¿Qué efectos produce el suministro de leche de descarte?
Los efectos negativos encontrados fueron los siguientes:
- Desarrollo de resistencias bacteriana a antimicrobianos.
- Cambios en la microbiota intestinal.
- Riesgo potencial para la salud pública mundial.
Mientras que la pasteurización puede utilizarse para reducir el nivel potencial de patógenos bacterianos en la leche de descarte, no es adecuada para eliminar los residuos antimicrobianos (Garzon et al., 2020). Penati et al. (2021) reportaron que los terneros alimentadas con leche de descarte con contenido residual de antibióticos tuvieron una alta incidencia de diarrea neonatal y cambios significativos en la composición de la microbiota fecal.
La microbiota juega un rol crucial en el desarrollo y función del tracto gastrointestinal y salud del intestino (Malmuthuge et al., 2017). Es esencial para un apropiado desarrollo del epitelio intestinal y de la capa mucosa, así como para la formación de estructuras linfoides y diferenciación de células inmunes. El suministro de leche de descarte con antibióticos en la crianza compromete estos procesos, alterando la salud intestinal y el correcto desarrollo del crecimiento. Además, Gosselin et al. (2021) mencionan que esta práctica ha sido asociada con el desarrollo de resistencias antimicrobianas, cambios en la microbiota gastrointestinal y respiratoria y su consiguiente impacto en la salud de las terneras.
Prevención y control frente al desarrollo de resistencias
La EFSA concluyó que la leche de vacas que reciben tratamiento antimicrobiano durante la lactación contiene residuos sustanciales procedentes del periodo de tratamiento y de retirada. El consumo de dicha leche dará lugar a un aumento de la eliminación fecal de las bacterias resistentes a los antimicrobianos por parte de los terneros.
Debido a que la mamitis es la enfermedad que más consumo de antibióticos genera en las granjas lecheras, es importante la implementación de un Programa de Prevención y Control para reducir la producción de leche de descarte. Penati et al. (2021) concluyen que la misma no debe suministrarse en la crianza ya que afecta a la resistencia antimicrobiana, la futura salud intestinal e interfiere a largo plazo en el correcto crecimiento, fisiología y desarrollo inmunológico del animal.