Manejo, Nutrición, Sergio Calsamiglia
El manejo de las terneras lactantes en grupos
Durante mucho tiempo la cría de las terneras lactantes se ha realizado en cubículos individuales. Esta práctica se ha basado en el principio de que las terneras, al estar separadas, reducían el riesgo de transmisión de enfermedades como la diarrea y los problemas respiratorios, y su control sanitario era más fácil. Sin embargo, este manejo modifica notablemente su comportamiento natural.
Ventajas de la cría en grupos
En condiciones normales, las terneras comparten mucho tiempo con la madre, y a partir de los 2 días de vida, si existe la oportunidad, interactúan con animales de su misma edad. La evidencia experimental demuestra que las terneras son capaces de establecer relaciones con compañeras de su misma edad en la primera semana de vida, y que desarrollan preferencias por “amistades” que conservan a lo largo de la vida.
En condiciones productivas, las terneras a las que se les permite establecer interacciones sociales son menos miedosas, reaccionan mejor a los cambios y son más dominantes en su actitud frente a la competencia. En consecuencia, parece claro que la posibilidad de establecer contacto físico con otras terneras en las primeras 1-3 semanas de vida puede tener efectos beneficiosos.
Estas relaciones tienen dos vertientes. Por una parte, aprenden por imitación, lo que puede favorecer la mejora de la ingestión de concentrado, lo que se ha venido a llamar la facilitación social; y, por otra, son capaces de enfrentarse con menor estrés a la aparición de situaciones desconocidas si lo hacen acompañados de otra ternera “conocida”.
La consecuencia productiva directa es un mayor crecimiento medio diario (entre 0.1 y 0.2 kg/d) que, como se ha demostrado recientemente, tiene un impacto muy relevante en la productividad futura de las terneras. Además, un mayor consumo de concentrado en el pre-destete favorece un mayor consumo y crecimiento en el post-destete.
Desventajas de la cría en grupo
La gestión adecuada de las terneras lactantes en grupos pequeños de 2 a 8 permite mantener un estado sanitario adecuado, además de alcanzar un consumo de concentrado y crecimientos que pueden tener un impacto relevante en el crecimiento y la productividad futura del animal.
Sin embargo, la cría en grupo también tiene algunos inconvenientes que se deben gestionar. Por una parte, existe la posibilidad de mamarse entre ellos, que se ha asociado a deformaciones en la glándula mamaria y a la transmisión de algunas enfermedades. Este problema puede reducirse cuando la lactancia se hace con tetinas, o se disponen de tetinas para que puedan expresar sus motivaciones. En este sentido, además, el problema se reduce a medida que el número de tomas aumenta y estas son de mayor duración. El destete lento también reduce la incidencia de este comportamiento.
La alimentación en grupo también aumenta la competencia y las agresiones. Estas se reducen notablemente en la medida que la alimentación es más frecuente y se establecen barreras que impidan el desplazamiento en la amamantadora.
Por último, la preocupación por la transmisión de enfermedades también puede gestionarse. De hecho, la evidencia de que los grupos pequeños tienen una mayor incidencia de enfermedades no está clara. En este sentido, parece que los grupos pequeños (menos de 8 terneras) tienen poco riesgo de padecer enfermedades si el manejo es correcto. La implantación de un sistema todo-dentro-todo-fuera permite una mejor desinfección y control de la dispersión de enfermedades. Un sistema de alimentación en grupos pequeños con todo-dentro-todo-fuera, en animales adecuadamente encalostrados y bien alimentados no debe suponer un riesgo mayor para la prevención de diarreas y problemas respiratorios.