José A. Rodríguez, Manejo, Reproducción
¿Qué pasa con los rendimientos al primer parto en novillas de carne si este se adelanta a los 2 años?
Si se adelanta el primer parto de las novillas de razas cárnicas a los 2 años, puesto que las vacas seguirán creciendo hasta los 4-5 años, no es necesario que las novillas lleguen al primer parto con el tamaño adulto. Sin embargo, para reducir la incidencia de distocias, se debe asegurar que las novillas alcancen el primer parto con un desarrollo corporal mínimo. Debemos tener en cuenta al menos tres parámetros:
- Peso. Las novillas deben llegar al parto con un peso mínimo del 80% del peso adulto. Para calcular este peso tendremos en cuenta el peso medio de las vacas de nuestro rebaño.
- Condición corporal. Las novillas deben llegar al parto con una adecuada cantidad de reservas corporales. Tanto el exceso como el defecto de estas pueden provocar problemas al parto. Además, una pobre condición corporal afectará a los rendimientos tanto productivos como reproductivos. En una escala de 1 a 5, las novillas deben parir con una condición corporal en torno a 2,5-3.
- Desarrollo esquelético. Es de vital importancia que las novillas lleguen al parto con un adecuado desarrollo pélvico, esto reducirá las distocias debidas a la desproporción materno-fetal.
Siguiendo con los resultados de los ensayos presentados en el anterior post (http://blog.especialistasennovillas.es/posts/adelantar-primer-parto-vacas-nodrizas.aspx), y llevados a cabo en el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) para estudiar la posibilidad de adelantar el parto de novillas de razas cárnicas (Parda de Montaña y Pirenaica), podemos apuntar que:
- Es necesario asegurar crecimientos de 1 kg/d, antes o después del destete, para que las novillas alcancen el peso mínimo necesario y así reducir los problemas al parto. En nuestro caso, las novillas con crecimientos continuos de 0,7 kg/d desde el nacimiento hasta la cubrición llegaron al parto a los dos años por debajo del 80% del peso adulto y con un desarrollo pélvico menor al deseado. Esto provocó una mayor necesidad de ayuda al parto (en ningún caso cesárea, simplemente tirar a mano o con el extractor). La condición corporal fue adecuada en todos los lotes. Se recomienda además prestar especial atención a la selección de sementales de probada facilidad de parto para la cubrición de estas hembras jóvenes. De igual modo, sería recomendable que las terneras de reposición provengan de vacas sin problemas al parto, esto aumenta la capacidad de parir sin ayuda.
- El peso de los terneros al nacimiento no estuvo influido por los ritmos de crecimiento de sus madres antes de la cubrición. Además, fue similar al de las crías de novillas del mismo rebaño con partos a mayor edad (2,5-3 años).
- La producción láctea no se vio afectada por los tratamientos aplicados, y fue similar a la obtenida en primíparas de mayor edad. Esto dio lugar a que los terneros presentaran unas ganancias de peso similares.
- Las novillas tardaron entre 50 y 100 días en estar cíclicas, sin encontrar influencia del manejo previo a la cubrición.
En este punto debemos apuntar que es tan importante el cuidado de las novillas hasta el primer parto como el buen manejo de estas en el segundo. El segundo parto es crítico porque las secundíparas se consideran vacas adultas, pero siguen creciendo, por lo que presentan unas necesidades especiales. Este segundo parto comienza con la cubrición tras el primero, por lo que debemos proporcionarles un manejo que ayude a reducir la duración del anestro postparto, por ejemplo, reduciendo la frecuencia de amamantamiento o con destetes precoces.
Los rendimientos en partos a 2 años no se verán afectados si proporcionamos un manejo adecuado en la recría y el primer parto.