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Luchar contra la resistencia a los antibióticos es un gran reto y una prioridad. ¿Por qué? Presta atención a las siguientes cifras:

• 33.000 personas mueren cada año en Europa como consecuencia de infecciones causadas por bacterias resistentes, según un estudio del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC)
• Casi 3.000 personas murieron en España en 2016 como consecuencia de este tipo de infecciones según los datos del Registro de Actividad de Atención Especializada (CMBD).
• 1.500 millones de euros¹ en la Unión Europea y 150 millones¹ en España es el coste que supone el tratamiento de estas infecciones.
• En 35 años¹, estas muertes podrían superar a las producidas por cáncer, unas 40.000 muertes anuales en España.

Una problemática en salud pública, animal y medioambiental

Los patógenos farmacorresistentes se pueden transmitir entre animales y humanos mediante el contacto directo y mediante alimentos contaminados de modo que, para contenerlos de modo eficaz, se precisa adoptar un enfoque coordinado en los ámbitos humano y animal. Es por ello por lo que las resistencias antibióticas es un problema prioritario tanto para la salud pública como para la salud animal.

En el caso concreto de los animales, al igual que ocurre con las personas, merecen ser tratados cuando enferman y los antibióticos tienen un papel crucial a la hora de asegurar su salud y su bienestar; sin olvidar, además que un suministro seguro y sostenible de productos de origen animal como la leche, ha de partir por fuerza de una cabaña ganadera con un buen estatus sanitario. Es por ello fundamental abogar por un uso responsable de los medicamentos y, en concreto, de los antibióticos , con el fin de proteger su eficacia en el futuro.

Por otra parte, ¿sabías que el medioambiente también juega un papel fundamental? Los antibióticos, las bacterias resistentes, los genes de resistencia y otros elementos genéticos móviles son contaminantes emergentes que se encuentran presentes en el medioambiente. Estos contaminantes, aparte de alterar el normal funcionamiento de los ecosistemas, llegan a los humanos y animales a través de diferentes vectores (como el consumo de agua y alimentos), favoreciendo la aparición y propagación de resistencias.

Planes de actuación para frenar la resistencia a los antibióticos

En noviembre de 2011 el Parlamento Europeo publicó una resolución no legislativa por la que estableció un Plan Director de Acción sobre Resistencias que estimuló la puesta en marcha de planes nacionales en 13 países.

En nuestro país se aprobó en 2014 el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), gracias al cual el consumo de antibióticos se ha reducido un 32,4% en salud animal entre 2014 y 2017; y un 7,2% en salud humana entre 2015 y 2018.
A pesar de estos buenos resultados, aún queda mucho por hacer, y debemos trabajar todos conjuntamente – salud pública, salud animal y salud medioambiental - desde una perspectiva One Health para seguir por el buen camino.

¿Cómo pueden contribuir los veterinarios?

Los antibióticos constituyen un factor de selección de bacterias resistentes, por ello resulta imprescindible reducir su uso. En este sentido, los veterinarios juegan un papel clave, ya que tienen en su mano la capacidad de hacer un uso responsable de los antibióticos:

• Usando los antibióticos “tan poco como sea posible pero tanto como sea necesario ”
• Adoptando medidas de higiene y bioseguridad
• Instaurando completos programas vacunales como prevención
• Haciendo un buen diagnóstico antes de medicar al animal
• Utilizando el antibiótico más apropiado para el animal y la enfermedad bacteriana en cuestión
• Empleando la dosis correcta, durante el tiempo indicado y la vía de administración conforme al etiquetado del producto.
• Respetando los tiempos de espera en el ganado antes de su sacrificio.

¿Y los ganaderos?

Los ganaderos también tienen un papel fundamental en la salud de sus animales, colaborando con el veterinario y cumpliendo las pautas del tratamiento indicadas por el mismo. Además, una rápida detección de los animales enfermos por parte de los ganaderos será clave para la rápida y completa recuperación del animal, significando ya no solo un ahorro en tiempo y costes, sino también garantía de bienestar animal. Además, será fundamental también:

• La correcta bioseguridad de las explotaciones con un manejo correcto de lotes
• El adecuado manejo que asegure el bienestar y la eliminación del estrés
• Reforzar todos los programas vacunales que permitan el desarrollo de un fuerte estatus inmunitario en el animal.

Ya que, sin todos estos puntos, no es posible hacer una reducción en el uso de antibióticos y un uso responsable de los mismos.

Referencias:

1. The review on antimicrobial resistance chaired by Jim O’Neill. 2016