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La mayoría de los tratamientos antimicrobianos en vacas lecheras se administran para tratar la mamitis clínica (Kuipers et al., 2016; Firth et al., 2017; Larde et al., 2021) y muchos de estos productos contienen antibióticos listados como alta o críticamente importantes por la Organización Mundial de la Salud.

La reducción del uso de antimicrobianos a la hora de tratar la mamitis es posible, pues algunos casos de mamitis clínicas leves o moderados no requieren tratamiento. Lo cierto es que, se han observado altas tasas de curación espontánea con Escherichia coli (Wilson et al., 1999; Leininger et al., 2003; Schmenger and Kromker, 2020) y cultivos negativos (Ruegg, 2018). El tratamiento ideal de la mamitis clínica debe contemplar la identificación del patógeno como condición necesaria. Si bien esta modalidad ha sido adoptada en algunos países, tratar con antibióticos todas las mamitis clínicas continúa siendo la norma en otros.

Desde la década pasada tenemos disponibles numerosas pruebas de cultivo. Gracias a ellas se han establecido protocolos de tratamiento selectivo para casos no severos de mamitis clínica. De hecho, desde 2011 (Lago et al., 2011 a, b) varios estudios han comparado el tratamiento selectivo de estos casos de mamitis clínicas frente al tratamiento de todas ellas. Sin embargo, en todos estos estudios se realizó una aproximación de superioridad, p.ej. intentando demostrar que el tratamiento selectivo no es peor que el tratamiento de todas las mamitis clínicas a la hora de recuperar la salud de la ubre.

La imposibilidad de demostrar la superioridad no implica que la antibioterapia selectiva no sea peor en términos de recuperación de la salud de la ubre, sino que, una aproximación de no inferioridad es más apropiada (Schum and Wittes, 2011).

De hecho, este año, de Jong et al., junto a otros 18 referentes mundiales de mamitis, entre los que se incluyen: Canadá, Bélgica, Países Bajos, EE. UU., Nueva Zelanda, Finlandia y Dinamarca, publicaron un metaanálisis utilizando una aproximación de no inferioridad para examinar si el tratamiento selectivo de la mamitis clínica da como resultado una recuperación similar de la salud de la ubre, (p.ej., el mismo no sería peor que el tratamiento de todas las mamitis clínicas).

¿Cómo abordamos los casos de mamitis leves?

Se evaluaron 13 estudios que en total abarcaron 97 granjas lecheras. Como resultado se observó que el tratamiento selectivo no fue inferior o peor al tratamiento de todas las mamitis clínicas de cara a la curación clínica y bacteriológica, a nuevas infecciones intramamarias, al recuento de células somáticas, la producción de leche, la recurrencia y el descarte de vacas.

Esta revisión concluye que el tratamiento selectivo de mamitis clínicas no severas puede adoptarse sin consecuencias negativas para la salud de la ubre.

Además, el uso del cultivo en granja brinda una oportunidad para un uso prudente de los antibióticos en el manejo de la salud de la ubre, posibilitando de manera rápida y sencilla la identificación de los patógenos de mamitis, favoreciendo la toma adecuada de decisiones para el tratamiento de la mamitis clínica y evitando el uso indiscriminado de antibióticos.

La reducción del uso de antibióticos es una herramienta clave dentro de la agenda de “Una Sola Salud”, con el objetivo de garantizar una salud óptima para las personas, los animales y el ambiente. El cultivo en granja ayuda a lograr una producción lechera sostenible y económicamente rentable obteniendo una leche segura, bajo un alto grado de protección para el consumidor y el animal.