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La mejora genética debe ser la base de todo programa de mejora de una granja. Dentro de las fuentes de información genética de las que disponemos, la genómica destaca especialmente por el tiempo de obtención de la información (temprano en la vida) y la fiabilidad de esta, que se traduce en cómo de confiables serán nuestras decisiones. Gracias a la existencia de índices de selección, es posible clasificar los animales atendiendo a varios rasgos de interés, logrando mejorar la productividad y la rentabilidad y apostando por la sostenibilidad.

Las pérdidas de preñez siguen representando un problema y un desafío, tanto para ganaderos como para veterinarios. Por suerte la comprensión de la fisiología reproductiva, el desarrollo de nuevas estrategias de manejo y los avances en materia selección genética en las últimas décadas, han permitido a la industria corregir una tendencia negativa y mejorar la eficiencia reproductiva.

Hasta hace poco, el uso de la genómica en el ganado quedaba supeditada a niveles superiores, como la selección de sementales para inseminación artificial o la élite de las vacas productoras de estos futuros sementales. Sin embargo, hoy día todos los ganaderos de vacuno lechero tienen a su disposición una innovadora herramienta con la que seleccionar sus animales en base a evidencias científicas.

A la hora de diseñar la selección genética del ganado, no debemos guiarnos exclusivamente por los rasgos de producción de leche, grasa y proteína, dejando de lado la salud y la fertilidad. Nuestro objetivo debe ser aumentar la rentabilidad manteniendo altos estándares de bienestar animal. Solo una producción sana y robusta será sostenible en el tiempo.

La tasa de preñez es uno de los principales indicadores de salud financiera de una explotación. Ello hace que los rasgos de fertilidad tengan una especial importancia a la hora de diseñar los programas de mejora genética. Las herramientas de selección basadas en la genómica son un potente instrumento que, tal y como demuestran diferentes estudios, facilitan la predicción y toma de decisiones para una mejora de la eficiencia reproductiva.

En el presente post realizamos una revisión de los conceptos básicos de la genética y la genómica y su aplicación en las ganaderías para alcanzar el progreso genético en nuestras granjas.

En la actualidad la genómica, y el empleo de índices compuestos como el Dairy Wellness Profit Index (DWP$), permiten al productor de vacuno de leche seleccionar a sus novillas atendiendo a un amplio listado de rasgos importantes desde el punto de vista económico, incluyendo rasgos de bienestar, lo que nos lleva a la era de la “bientabilidad”, es decir, a la mejora en salud, productividad y rentabilidad de la granja lechera.

Los índices de selección son esenciales en la mejora genética, ya que combinan valores de numerosos rasgos en un único valor que puede usarse para clasificar a los animales y orientar las decisiones de cría. Uno de estos índices es el Dairy Wellness Profit Index® (DWP$^®) que incluye predicciones de salud y bienestar en vacas y en terneros, además de rasgos de producción, fertilidad, longevidad y tipo, para conseguir la máxima rentabilidad. En el presente post se demuestra la capacidad predictiva del rendimiento real para los rasgos incluidos en el DWP$^®

Las decisiones que tomemos hoy con nuestras novillas van a tener un impacto directo en el futuro de nuestra granja. El uso de la última tecnología genómica nos permitirá mirar hacia el futuro de estos animales jóvenes y usar la información para hacer selecciones importantes con fiabilidad, decisiones de cubrición y reproductivas, teniendo como resultado una mayor productividad y rentabilidad de la explotación lechera.

La gestión genética de las novillas y del rebaño en general se puede complicar tanto como se quiera, pero para empezar debemos simplificar y establecer algunos puntos a tener en cuenta desde el principio. El diseño de un programa se parece mucho a la organización de un viaje donde el destino final es nuestro objetivo y, entre múltiples opciones, debemos escoger el itinerario más adecuado de acuerdo con nuestro punto de partida y con nuestros recursos y medios disponibles.

La supervivencia de la ternera recién nacida, su desarrollo con vigor y la resistencia a las enfermedades más comunes de las primeras semanas son claves para lograr una eficiencia razonable en la recría y, por extensión, en la primera lactación. El manejo, la higiene, el encalostrado, la nutrición y el programa sanitario son factores primordiales irrenunciables pero cuya respuesta está modulada por el potencial genético de la nueva ternera.

El esquema de selección de la ganadería involucra toda la explotación, pero cada vez el énfasis es mayor en las novillas. Aunque centrarse solamente en un rasgo como la fertilidad sería un error al desatender otras características importantes, en este post analizaremos este carácter para ahondar en su manejo genético. La fertilidad es la base para el éxito reproductivo y su origen es genético.

Ante la creciente demanda de proteína, es necesario mejorar nuestras producciones mediante mejores decisiones de selección. Los métodos genéticos tradicionales nos aportan información, lo cual es mejor que tomar decisiones sin ningún tipo de datos, pero todavía podemos tener una fuente de información más fiable: la genómica.

Conocedores del incremento natural de la consanguinidad en la población, debemos utilizar bien las herramientas disponibles para mantenerla baja y para reducir sus efectos negativos en las características productivas y reproductivas. La selección de toros a utilizar y su combinación adecuada es solo una de las claves, pero disponer de valores genómicos y manejar adecuadamente los haplotipos recesivos favorecerá la gestión del problema.

¿Quiero a esta novilla en mi explotación? ¿Con quién quiero cubrirla? ¿Cuánta descendencia quiero tener? Si no tienes claro las respuestas a estas preguntas es que necesitas mejorar la información que obtienes de tus animales. La genómica se abre paso entre los métodos tradicionales, permitiendo seleccionar las mejores vacas según nuestros objetivos de salud, bienestar animal y rentabilidad.

Es importante controlar el nivel de consanguinidad en nuestras novillas ya que valores elevados pueden suponer una merma productiva y mayores problemas de salud. El valor de la consanguinidad se calcula de manera diferente cuando el dato es genómico, y no se puede comparar directamente con el valor tradicional.

La adecuada elección del semental es fundamental para garantizar que nuestras novillas tienen partos fáciles. Existen diferentes criterios y caracteres en los que nos podemos apoyar para no equivocarnos en esta importante decisión.

Los índices combinados más importantes son los de tipo económico seguidos de los combinados de producción y tipo. Los índices de salud y productividad están de máxima actualidad y su uso emerge con fuerza por parte de las ganaderías más avanzadas. Los emplearemos tanto para seleccionar nuestras novillas, tras realizar las pruebas genómicas, como para seleccionar los toros para cubrirlas.

La recría de novillas en la propia explotación aporta gran cantidad de información, pero no siempre sabemos cómo utilizarla correctamente. A continuación, se establecen los mejores criterios de selección, analizando los datos de sus familiares.

En la búsqueda de nuestro índice de selección, si nos fijamos bien en la definición y en sus componentes encontraremos las claves de cuál es el que se adapta mejor a nuestro objetivo, desde el que tiene peso predominante en producción a los enfoques más de salud o de tipo. La finalidad es que el índice escogido resuma exactamente lo que necesitamos.

Aunque la presión de selección la ejerceremos fundamentalmente sobre las novillas, los criterios los debemos elegir pensando en las vacas y en la producción que necesitamos. Para ser eficaces tenemos que utilizar un índice único de selección por el que ordenar nuestras vacas, nuestras novillas y los toros a utilizar. La primera tarea es decidir un índice genético que identifique nuestras necesidades y nos acerque a nuestro objetivo.

La arraigada idea de que las novillas representan siempre la mejor genética de la explotación lleva a simplificar demasiado y a aplicar rutinas de selección generalizadas que incurren en varios errores. En este post, mostramos cómo superar esta creencia y sacar el mayor partido a los mejores animales de la explotación.

En caso de tener un exceso de novillas en la explotación, deberemos seleccionar aquellas que queremos recriar. El criterio técnico más apropiado para la selección, después del filtro zootécnico y/o sanitario, es el genético. En este primer post Daniel Martínez nos introduce en el mundo de la selección y la tecnología genómica, reflejando su fiabilidad y eficacia a la hora de seleccionar a las novillas que debemos recriar.